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Daniel Matul.
Quetzaltenango, 24 de
Octubre de 2008.
Recientemente y a propósito de la finalización de un
ciclo, en la cuenta del Calendario Maya, de cinco mil ciento veinticinco, el 21
de diciembre del año 2012, se han expresado diversas opiniones tanto en
Guatemala como en diferentes partes del planeta.
Ciertamente, el 21 de diciembre de 2012, en el
solsticio de invierno el sol estará ubicado en la abertura de la Vía Láctea,
para producir un espectacular acontecimiento celeste que por su belleza hemos
denominado el poema galáctico del 2012.
Precisamente, en el ánimo de favorecer la reflexión
personal o colectiva –según sea la disposición- hemos preparado este sencillo
trabajo cuyo contenido refiere aspectos relacionados con el Calendario Sagrado
Maya de doscientos sesenta días, algunas concordancias históricas relativas al
Códice de Dresde; reflexiones del antropólogo y arqueólogo inglés Eric Thomson,
una de las principales autoridades del mundo occidental sobre la milenaria
cultura y civilización maya y del irlandés Maurice Cotterell, autor del Libro
"Las Profecías Mayas"; un pequeño resumen acerca de las
investigaciones llevadas a cabo por el satélite SOHO en relación al proceso que
podría poner en marcha la inversión del campo magnético del Sol en la Tierra;
los juicios del Dr. Nat Gopalswamy, del Goddard Space Flight Center, sobre los
cambios periódicos del Sol y una pequeña mención a la denominada Frecuencia
Schumann y los cambios magnéticos en el planeta.
La idea consiste invitar a la investigación sobre los que
ocurrirá en el solsticio de invierno del 2012, a fin de buscar una explicación
más cercana a la realidad y distante de los fundamentalismos de cualquier tipo,
los mesianismos y las actitudes milenaristas.
Se trata de revalorar nuestra
condición humana en la tierra en momentos en que nos encontramos vulnerables,
por cuanto las ideas y el modelo de desarrollo que creo la época de la
industria, se encuentra en crisis irreversible.
SOMOS PARTE DE UN INMENSO
SISTEMA
Hoy estamos experimentando
una nueva manera de entender y de interpretar la vida. Hoy la ciencia ha
logrado organizar una nueva forma de ver el universo.
Este nuevo conocimiento, lleva consigo un cambio tan
completo de aquella vieja visión de la vida que, separa a los seres humanos del
universo y que fractura el espíritu de la materia.
El sorprendente y dramático descubrimiento, realizado
por los astronautas cuando por primera vez observaron la Tierra desde el
espacio, nos ha permitido comprender que, nuestro planeta no es estructura
muerta y no puede ser explotada y saqueada al mejor postor.
Somos parte de la Tierra, conformamos una sola unidad
que nos obliga a ser, vivir, compartir, comunicar y comulgar con ella, como
seres vivos creadores y recreadores de la vida.
En 1977, el Premio Nobel de Química Ilya Prigogine
expresaba "Estamos en un momento apasionante de la historia, tal vez en un
punto decisivo de giro.
La ciencia, está comprobando la realidad de una
profunda visión cultural. Los poetas y filósofos tenían razón al sugerir que el
universo es abierto y creativo".
Igualmente el escritor y poeta mexicano Octavio paz
al recibir el Premio Nobel de Literatura en 1990 en su discurso pronunciaba:
""Al finalizar el siglo, hemos descubierto que somos parte de un
inmenso sistema o conjunto de sistemas –que va de las plantas y los animales a
las células, las moléculas, los átomos y las estrellas. Somos un eslabón de la
"cadena del ser" como llamaban los antiguos filósofos al universo. .
."
En correspondencia con los modernos descubrimientos
de la nueva ciencia, desde la más lejana antigüedad, la cosmovisión maya se
nutre de las ciencias de la Tierra, de la ecología, de la biodiversidad y de la
ética. Son estas sabidurías las que nos permiten situar y relacionar la
condición humana en el cosmos, en la Tierra y en la vida.
EL ESTÉTICO FLUIR HUMANO
Situar nuestra condición
humana en la naturaleza quiere decir: tener conciencia de nuestra unidad con la
Madre Tierra para vivir en amplitud y hermandad. Según este pensamiento cósmico
el significado de la existencia y de la vida, consiste en correlacionar la
conciencia más pequeña con la conciencia más grande: Criatura-Universo.
La cosmovisión nos relaciona directamente con la
conciencia más profunda, con el pulso más tierno del espíritu cósmico. En el
pensamiento maya el Agua, el Sol, la Tierra y el Aire, en sus diversas
manifestaciones, constituyen la verificación cotidiana que el cosmos es un ser
vivo y sagrado.
Estas correlaciones universo, tierra y ser humano
generan los valores de la cultura maya de ayer y de hoy y que dieron origen a
uno de los mayores logros humanos: el sistema calendárico cuya complejidad
puede encontrarse en los denominados códices de Madrid, Dresde y Paris, quizá
bastante determinantes para la comprensión de un universo sintiente,
inteligente y armonioso.
De manera que recordar el germen-ritual de
pertenencia o pasión por el encantamiento de ser uno con el todo, en situación
de modernidad, equivale al intento de contribuir al retorno del propósito
espiritual y al reintegro del fluir estético humano, justamente, para que los
atributos de la flora y la fauna y, las características del cielo y la
majestuosidad de la Via Láctea, nos devuelvan al parentesco perpetuo
con las montañas, los lagos, las cascadas, los volcanes, los ríos, la Abuela
Luna, el abuelo Sol y la Madre Tierra, hasta enlazar con aquella singular
agudeza propuesta en los propios códices y el Pop Wuj: «Aquéllos que son dignos
de ayudar a la naturaleza en su tarea de hacer crecer y sostener la vida, son
iguales al cielo y la tierra».
LOS LIBROS DE LOS
ANTEPASADOS MAYAS
Sucede que los primeros y principales cronistas del
llamado descubrimiento e invasión de América son quienes describen por primera
vez -con inocultable asombro- los libros de nuestros antepasados mayas, entre
ellos, el italiano Pedro Mártir de Anglería y fray Bartolomé de las Casas.
Pedro Mártir ha sido llamado el primer historiador
del Nuevo Mundo, aunque algunos lo consideran como el primer periodista del
descubrimiento de América, quizá por su posición de privilegio en la Corte
española, su condición de humanista y su curiosidad novedosa de aquella época.
Pedro Martir, llevó a cabo un extenso trabajo narrativo de la historia del
descubrimiento de América que comprende 32 años que van desde de 1493 a 1525.
La mejor edición de sus Décadas del Nuevo Mundo (De Orbe Novo) ha sido
publicada en México por José Porrúa en 1964, traducida del latín por José
Millares Carlo y con un estudio preliminar: "Pedro Mártir y el proceso de
América", de Edmundo O'Gorman.
Con "magnifica intuición", dice O'Gorman,
Pedro Martir, tituló su obra como "De Orbe Novo" ya que Colón y
muchos otros en su época, siempre creyeron que el Almirante había arribado a
las costas de Cipango (Japón), Catia (China) o la India.
Fray Bartolomé de las Casas, por su parte escribió La
Historia de las Indias (Edición preparada por A. Millares Carlo, introducción
de Lewis Hanke, México: Fondo de Cultura Económica, 1951), y la conocida obra
Apologética Historia Sumaria (Edición preparada por Edmundo O'Gorman. México:
UNAM, Instituto de investigaciones Históricas, 1967). Pedro Martir, comenta que
nuestros antepasados mayas en sus diferentes libros inscribían su orden
jurídico, las ceremonias, las solemnidades espirituales, las observaciones
astronómicas y los cálculos del tiempo que les servían para vivir en armonía
con el cosmos y con la naturaleza.
Con el testimonio de estos libros los antepasados dan
cuenta de bibliotecas, bibliotecarios, escritores, filósofos y científicos; así
como también, podemos encontrar astronomía, astrología, agricultura, matemáticas,
filosofía, mística, arquitectura, calendarios, historia, genealogía y todo lo
que distingue a la cultura y civilización maya.
Del mismo modo, otros cronistas, se ocupan de
describir los libros mayas, como Francisco López de Gómara, secretario privado
de Hernán Cortés, autor de una Historia de la conquista de México; el jesuita
Joseph de Acosta en su Historia natural y moral de las Indias (1608) y, desde
luego, los historiadores del descubrimiento y la invasión de Yucatán, como fray
Diego de Landa, Relación de las cosas de Yucatán (de fines del siglo XVI); fray
Antonio de Ciudad Real, Relación breve y verdadera de algunas cosas de las
muchas que sucedieron al padre fray Alonso Ponce ... en ... la Nueva España (c.
1590); Bernardo de Lizana que en las primeras décadas del siglo XVII escribió
la Historia de Yucatán, Devocionario de Nuestra Señora de Izamal y conquista
espiritual, y Diego López de Cogolludo en su Historia de Yucatán, publicada en
Madrid en 1688.
De los "muchos" libros examinados por Pedro
Mártir en Valladolid en 1520 y de entre tantos que deben haber poblado sus
bibliotecas, sólo tres han llegado hasta nosotros y se conocen por el nombre de
las ciudades en cuyas bibliotecas se encuentran: Códice de Dresde, Códice de
Madrid y Códice de París. No obstante, existe un cuarto Códice denominado
Grolier cuya autenticidad se encuentra en discusión.
Principalmente los códices de Dresde, Madrid y París,
constituyen riquezas históricas invaluables y vitales para el estudio del
pasado maya.
No sólo libros fueron enviados a Europa por los
invasores, contamos también con el entusiasta testimonio del artista más famoso
de los siglos XV y XVI en Europa, llamado Alberto Durero nacido en Núremberg,
Alemania, el 21 de mayo de 1471, que contempló maravillado obras de arte, entre
ellas un sol de oro y una luna de plata y objetos de finas plumas elaborados
por joyeros mexicas.
Como Austria era parte del imperio de Carlos I. de
España y V. de Alemania, libros y tesoros americanos bien pudieron llegar allí,
incluido, tal vez, el penacho de Moctezuma que hoy adorna un museo de Viena en
Austria.
EL CÓDICE DE DRESDE
Muchos años más tarde Alejandro de Humboldt,
considerado el padre de la geografía moderna, lleva a cabo la primera reproducción
de un fragmento del Códice Maya que se conserva en la Biblioteca de Dresde,
incluido en su obra Vistas de las cordilleras y monumentos de los pueblos
indígenas de América en 1810.
Sin embargo, el primero en publicar completo el Códice
de Dresde fue Edward King, vizconde Kingsborough quien, empeñado en
demostrar que el Nuevo Mundo había sido originalmente poblado por la
"tribu perdida de Israel", hizo copiar todos los códices
prehispánicos que existían en bibliotecas de Europa en nueve monumentales
volúmenes titulados The Antiquities of México (Londres: 1830-1848).
Las deudas contraídas por Kingsborough para realizar su
ambicioso proyecto, lo llevaron a la cárcel, donde terminó sus días.
Otro notable científico, que
contribuyó al estudio del Códice de Dresde y al intento de
desciframiento de los glifos mayas fue Constantine Samuel Rafinesque-Smaltz
(1783-1840), nacido en Gálata, Turquía, hijo de padre francés y madre alemana.
Constantine Samuel Rafinesque-Smaltz, publicaba un
periódico el "Atlantic Journal and Friend of Knowledge", que él mismo
escribía "sobre todos los temas del mundo", editado en Estados
Unidos, donde vivió muchos años. En este periódico publicó cartas dirigidas a
su contemporáneo Jean François Champollion, dedicado entonces al desciframiento
de los jeroglíficos egipcios, en las que exponía al sabio francés sus ideas
sobre la escritura maya.
La variabilidad de Rafines que es asombrosa, pue
según el mismo se describre como "botánico, naturalista, geólogo,
geógrafo, historiador, poeta, filósofo, filólogo, economista, filántropo,
viajero, comerciante, manufacturero, coleccionista, desarrollista, profesor,
maestro, supervisor, dibujante, arquitecto, ingeniero, autor, editor, librero,
bibliotecario y secretario.
Con los pocos informes que entonces existían sobre
Palenque y las láminas del Códice de Dresde que Humboldt había
publicado, Constantine Samuel Rafinesque-Smaltz, concluyó que las inscripciones
en piedra de tal sitio y los caracteres del códice eran una misma y única
escritura; fue el primero en descifrar los valores de las barras y los puntos
en el sistema de numeración maya; sugirió que la lengua representada por
aquella escritura era la misma que se hablaba entre los mayas contemporáneos y
que, sabiendo ésta, se podrían descifrar manuscritos como el de Dresde y las
inscripciones pétreas monumentales.
Rafines que murió pobre en Filadelfia, tan endeudado
que su casero trató de vender el cadáver a una escuela de medicina para
cobrarse el alquiler.
Un continuador de la escuela alemana que había
inaugurado Humboldt y a la que se incorporarían importantes investigadores,
Ernst Förstermann, bibliotecario de la Real Biblioteca de Dresde, reprodujo en
su totalidad el Códice de Dresde en 1880 y 1892. Estas ediciones, sobre todo la
"clásica" de 1892, son muy valiosas, ya que en ellas se han basado
casi todas las posteriores. Las interpretaciones de Förstemann sobre el códice
también sentaron las bases para futuros estudios del mismo.
Ernst Förstemann (1822-1906), nacido en Danzig, Förstemann,
tras haberse especializado en gramática y estudios lingüísticos, en 1880
comenzó a estudiar en profundidad el Códice de Dresde, publicó una edición
facsímil del texto ese mismo año (el códice original sufrió severos daños
durante los bombardeos aliados de Berlín). Sus principales aportaciones se
encuentran en el campo del cómputo astronómico y del análisis del calendario
maya.
Identificó la "Cuenta Larga"; la base
vigesimal del sistema de cálculos de los mayas; las denominadas "tablas de
Venus", en las cuales los antepasados astrónomos habían deducido el ciclo
de 584 días del planeta Venus); las tablas lunares prediciendo eclipses y, por
ende posibles catástrofes.
Los hermanos Antonio y Carlos Villacorta publicaron
en Guatemala en 1933, los tres códices mayas, Madrid, París y Dresde, en
edición facsimilar. Esta edición fue la que Yuri Knorosov, como soldado del
Ejército Rojo de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, rescató de las
ruinas de la Biblioteca Nacional de Berlín en 1945.
Con ella y con la Relación de las cosas de Yucatán de
fray Diego de Landa, publicada por el abate Brasseur de Bourbourg en París en
1864, que contiene el "vocabulario de Landa", Knorosov contaba con
los instrumentos necesarios para aportar su importante contribución al
desciframiento de la escritura maya.
De las numerosas ediciones posteriores del Dresde, es
importante destacar algunas de ellas, como la efectuada en México en 1984 para
conmemorar el medio siglo de la editorial Fondo de Cultura Económica. La incluida
en Los códices mayas, introducción y bibliografía por Thomas A. Lee, Jr., de la
Fundación Arqueológica Nuevo Mundo, Edición conmemorativa, X Aniversario de la
Universidad Autónoma de Chiapas, 1985, que incluye un cuarto supuesto códice
maya, el "Grolier", que como mencionamos se encuentra en discusión su
autenticidad. Una rara edición de 25 ejemplares, publicada en México, de la que
Silvia Salgado da noticia: Códice de Dresden: manuscrito pictórico ritual maya.
Se conserva en la Biblioteca de Dresden, Alemania, Librería Anticuaria de
Guillermo M. Echániz, circa 1947.
A estas variadas publicaciones, habría que agregar la
edición en dos tomos de los códices de Madrid, Dresde, París y Grolier con el
prólogo de dos guatemaltecos Federico Fashen y Daniel Matul, efectuada por Liga
Maya Guatemala e impresa por la prestigiosa Editorial Grupo Amanuence, en
diciembre de 2007, a propósito del Cuarto Congreso Internacional Sobre el Pop
Wuj, llevado a cabo en la ciudad de Quetzaltenango.
En resumen podemos decir que el Códice de Dresde
nos habla de las interconexiones de los tejidos, del tiempo, de la astronomía,
de la astrología, del encendido del fuego nuevo, de la pesca, del grano divino
maíz, de la fecundación, del matrimonio, del trabajo, de las ofrendas, de la mitología,
de los cuerpos solares, del arcano, del porvenir, del árbol de la vida, de la
danza, de la transmutación, de la lluvia y de la no disociación originaria con
el espíritu, el alma y el cuerpo de todos los seres humanos.
El nombre de Dresde obedece a que muchos documentos
–entre ellos una serie de libros- de la cultura maya fueron despojados por los
invasores y parece que a finales de la segunda década del siglo XVI se
trasladaron a España. Uno de estos libros, de crucial importancia para el desciframiento
de la escritura maya, reapareció en la Biblioteca Real de la corte de Sajonia,
en Dresde (Alemania), tras haberlo adquirido su director, Johann Christian
Goetze, de una colección privada en Viena. Desde entonces este libro maya
se conoce con la designación de "Códice de Dresde".
NUESTRA HERENCIA CÓSMICA
Culturalmente hablando el concepto de tiempo
concebido por la filosofía maya es circular y cíclico, de tal manera que toda
la existencia retorna a su origen primordial. Ahora mismo estamos por cumplir
un ciclo de 5,125 años que comenzó en 3113 A.C., y que va a termina el 21 de
diciembre de 2012, para dar origen a otro nuevo período de tiempo. Desde ese
entonces, se averiguó que en el solsticio de invierno del 2012 habría un
repentino cambio en el campo magnético de la tierra.
Ya hemos referido como el Códice de Madrid, el de
Dresde y el de Paris contienen estudios acerca de la influencia del Sol, no
sólo en el ciclo de la vida y el surgimiento y caída de las sociedades, sino
que también determina nuestra forma de ser. Tanto es así que el Códice de
Dresde ha sido utilizado por la astronomía moderna, proporcionando detalladas
tablas de eclipses lunares y de otros fenómenos celestes.
En 1986, el irlandés Maurice Cotterell llevó adelante
una revolucionaria teoría referente a los ciclos de la astrología y del sol.
Esto se debía a que durante varios años sospechó que el campo magnético del sol
tenía consecuencia para la vida en la tierra. Cotterell al estudiar el Códice
de Dresde, descubrió que el calendario Maya confirmaba su teoría, ya que es un
documento científico basado en el conocimiento del sistema solar.
Esto explicó la pasión maya por concentrarse en los
largos ciclos del tiempo y su creencia en la subida y caída de las cuatro
edades de la humanidad descritas en el Pop Wuj: origen de la humanidad;
humanidad de barro; humanidad de madera y humanidad de maíz. Según los cálculos
del calendario maya el 21 de diciembre de 2012, concluyen una larga era, para
dar inicio al Quinto Sol.
¿Cómo fue posible que desde la antigüedad los antepasados
entendieran la importancia y existencia de este ciclo para calcular, la
inversión magnética solar? Resulta que el Calendario Sagrado contribuye a
conocer el funcionamiento de nuestra estructura psíquica, biológica, física y
espiritual, determinada por las correlaciones entre el Sistema Solar y el ser
humano.
Todos los seres tenemos herencia
genética; las grandes pautas de personalidad y de carácter se deben
principalmente a la herencia genética.
Heredamos enfermedades, conductas, rasgos de nuestros
antepasados; querámoslo o no, siempre llegamos a formar una cadena de vínculos
con el cosmos y con nuestros antepasados.
Todas estas energías que traemos al nacer,
constituyen nuestra herencia cósmica, el
Calendario Sagrado también está sincronizado con nuestro propio cuerpo. El cuerpo humano tiene 13 articulaciones principales
en total y 20 dedos. Así podemos considerar la
energía generada por la combinación de 13 x 20 como la herencia genética de
nuestra galaxia.
El Telar Maya o módulo armónico, representa el
Tzolkin o Calendario Sagrado como telar de 13 columnas y 20 filas. Justamente,
nuestra ancianidad siempre expres: "Para mantenernos sanos es necesario
comprender el cosmos, amar la naturaleza y sentirnos parte del universo",
seguramente, por esta hermosa pauta hemos podido continuar cultivando
relaciones relevantes entre saberes, política y habitualidad cotidiana.
Sin amor no puede haber auténticos saberes. Sin amor
es imposible el ejercicio de la solidaridad política. Sin amor tampoco puede
cultivarse la relación cotidiana. Nosotros mismos somos universo de amor,
nuestros órganos tienen un tipo de conciencia que podríamos llamar parcial y
que pueden animarse o están animados por el amor.
EL RENACIMIENTO DEL
ABUELO SOL
Precisamente, en este contexto, el 21 de diciembre
del 2012 ocurrirá el fenómeno del tránsito de Venus por el disco del Abuelo Sol
en alineación con la Tierra. Eric Thompson demostró por medio de sus estudios,
que el calendario de 'Cuenta Larga' de 5,125 años comenzaba en el 11 de agosto
del 3113 antes de la era cristiana, y que terminaba en el 21 de diciembre del
2012de nuestra era común.
Durante ese día del solsticio, el sol en su órbita
eclíptica va a pasar exactamente por el centro ecuatorial galáctico, desde el
punto de vista de la tierra. El sol, sufriría un renacer al pasar por la cerviz
de la matriz estelar de la gran Madre Galáctica (Hunab Kú), también conocido
como el sendero de Xibalba.
El centro de la Vía Láctea o el Xibalba no está
compuesto de estrellas visibles, sino de un espacio obscuro, el cual visto
desde nuestro planeta, da la impresión de ser un túnel o pasadizo cervical. Es
decir, El 21 de diciembre del 2012 el sol va a nacer por una matriz celestial
cuando su órbita pase por el centro de la galaxia, lo cual sucederá durante el
solsticio de invierno, la última vez que sucedió un evento de esta naturaleza
fue hace más de 26,000 años atrás.
Es así que desde el punto de vista nuestro, el
planeta Tierra, Venus, el Sol y el centro de la galaxia se alinearán en un
evento astronómico extremadamente bello. Esta poesía cósmico-sideral no
solamente será de importancia física y astronómica, sino que también de significado
espiritual y simbólico para la humanidad.
Debido a que el Sol está compuesto por gas (plasma) en
continuo movimiento, posee diferentes velocidades de rotación en los polos que
en el ecuador, de manera que los campos magnéticos polar y ecuatorial de la
Tierra se sincronizan exactamente cada 260 días.
Investigaciones llevadas a cabo por
el satélite SOHO revelan un proceso que podría poner en marcha la inversión del
campo magnético del Sol. El fenómeno consiste en el efecto acumulativo de más
de mil erupciones. Las erupciones solares, enormes eyecciones de masa, lanzan
miles de millones de toneladas de gas electrificado al espacio, llevándose el
viejo campo magnético solar y permitiendo que se forme otro, aunque con
orientación invertida.
Dicho de otro modo, el campo magnético del polo
norte, el 21 de diciembre de 2012, pasará a ser el campo magnético del polo sur
y este pasará a ocupar el polo norte. Esta inversión del campo magnético solar
es un fenómeno importantísimo en el ciclo de actividad de 11 años del Sol,
cuando la estrella pasa de estar relativamente "tranquila" a estar
activa, y viceversa.
El Dr. Nat Gopalswamy, del Goddard Space Flight
Center, compara el Sol con una serpiente que muda periódicamente su piel, en
este caso, su piel magnética; el proceso es largo y a menudo violento.
Actualmente, se precisan más de mil erupciones solares, cada una arrastrando
miles de millones de toneladas de gas de las regiones polares, para poder
eliminar el viejo magnetismo.
Lo curioso es que cuando todo ha acabado, el nuevo
campo magnético tiene una polaridad invertida (el polo magnético sur pasa a ser
el norte y viceversa). Los científicos han llegado a estas conclusiones
revisando casi 8 años de datos de erupciones solares aportadas por el observatorio
solar SOHO, así como información enviada por el satélite militar P78-1 y por
diversos instrumentos terrestres en Estados Unidos y Japón.
Revisando todo este material, los expertos han
descubierto un patrón sistemático en las erupciones. Cuando el SOHO ha
observado a principios de 1996, se veían pocas manchas solares y las erupciones
solares ocurrían menos de una vez al día. Pero durante el período de actividad
solar más intensa, en 1999-2000, se producían en promedio más de cinco al día,
el doble de lo que se esperaba.
¿UNA NUEVA ESCALA
EVOLUTIVA DEL PLANETA?
La Tierra ha pasado por lo menos catorce veces por
inversiones de sus polos magnéticos. Para llegar a estas conclusiones los
científicos investigan las capas geológicas de la tierra, donde existen
sedimentos correspondientes a las distintas edades del planeta. Lo que antes
fue lava, contiene todavía minerales que conservan su alineación magnética
original, que puede medirse con la tecnología del radio carbono.
Nuestro planeta alterna su polaridad cada vez que
completa un ciclo, unas veces los polos magnéticos de la tierra, están
alineados como nosotros los conocemos ahora, y en otras, están invertidos.
Esto tiene que ver con la dirección en la que rota la
Tierra alrededor de su eje.
La velocidad de rotación es variable, y según esta
cambie, los campos magnéticos se manifiestan con mayor o menor intensidad. A
más velocidad de rotación corresponde un campo magnético más fuerte, y a menor
velocidad de giro, un campo magnético más débil.
En el ciclo actual, el punto de máxima intensidad del
campo magnético se alcanzó hace 2.000 años, mientras que en nuestros días la
Tierra gira más lentamente.
La paradoja es: ahora nuestros días son más largos,
sin embargo sentimos que el tiempo se acorta, porque la forma como lo
percibimos depende de otro factor, que es la afinación de nuestras células con
el pulso de la Tierra (o Frecuencia Schumann), que ha venido acelerándose. En
una escala de 1 al 10, siendo 10 la medida de magnetismo más fuerte, en 1.996
estábamos en 1.5 y ahora nos encontramos por debajo de 1.
Este indicador nos muestra que estamos en la antesala
de una inversión de los polos magnéticos que, según los entendidos, ocurrirá
antes de finalizar el año 2012. Por lo pronto la tierra seguirá rotando
alrededor de sí misma cada vez más lentamente, hasta que llegue el momento en
que probablemente se quedará quieta.
Hay que advertir que este cambio se da solo a niveles
electromagnéticos y que no se trata de que la Tierra vaya a dar físicamente un
bote de 180 grados. Es el momento en que, según la espiritualidad maya, la
tierra ascenderá para situarse en la escala evolutiva como mundo de quinta
dimensión.
Sin embargo, el proceso de ascensión de los humanos
es asunto de libre elección; lo lograrán quienes para entonces hayan creado su
propia zona nula, esto es: cero en miedos y búsqueda de la paz interior. Es
decir el ser humano debe también sintonizarse con estos cambios de polaridad,
en el sentido de invertir nuestra polaridad, según los valores del espíritu, y
no con la visión apuntando a la búsqueda del poder, la fama y el dinero.
Actualmente los cambios dentro de la Tierra están
afectando los patrones de sueño, las relaciones, la habilidad para regular el
sistema inmune y la percepción del tiempo. Estamos viviendo un proceso iniciado
hace 2000 años, como preparación para aceptar cambios fabulosos dentro del
cuerpo.
El cambio ya lo estamos experimentando: migrañas,
dolores de cabeza, cansancio, stress, sensaciones eléctricas en los miembros y
la columna vertebral, calambres en el sistema muscular, síntomas parecidos a la
gripe, sueños intensos, etc.
¡Todo esto puede ser ocasionado por los cambios que
están tomando lugar en la Tierra ahora! El cuerpo humano se volverá más
sensible como resultado de las nuevas vibraciones, parece que el cuerpo físico
ya comenzó a cambiar, según dice la ancianidad maya ya se empezó a crear un
nuevo cuerpo de luz; nuestro ADN esta siendo modificado desde el Universo.
Grandes habilidades intuitivas y curativas emergerán
y cada año esto se incrementara diez veces, incluso hay
quienes afirman que los ojos se volverán como
de gato para poder ajustarse a la nueva atmósfera y a la luz, ¿quien sabe?.
¡Que Aclare! ¡Que Amanezca! ¡No
habrá Gloria; ni grandeza, hasta que se forme la humanidad real, la humanidad
verdadera: Halach Winic!.
Pop Wuj. Libro Sagrado
Maya.
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