jueves, 15 de marzo de 2012

Astral (continuacion)

Tu Homólogo Astral

Tú recordarás de la semana pasada el primer aspecto del  humano, el cuerpo físico y el segundo aspecto, el cuerpo de salud vital. El tercer aspecto es el cuerpo astral. El cuerpo astral es un duplicado casi exacto del cuerpo físico. Sin embargo, cambios que se manifiestan en el cuerpo físico, tal como envejecimiento, ocurren primero en la estructura del cuerpo astral. El cuerpo astral es de la mente subconsciente, al nivel de los chakras de la memoria y de la razón. Puede ser perturbado fácilmente y a veces es llamado el cuerpo emocional. Está hecho de prana ódico y mantenido intacto por el flujo general de vida de prana actínico que brota constantemente de su estructura atómica. Siendo el homólogo exacto del cuerpo físico, se asemeja al cuerpo físico en tamaño, forma, en todo sentido excepto en peso. Difiere en peso pues está compuesto de materia astral ódica. Esta materia vibra a una frecuencia de vibración mayor que la que podemos denominar materia física.

Trata de hacerte la imagen del hecho que el cuerpo físico y el cuerpo astral son de vibraciones diferentes y que encaja uno dentro del otro, conectados por el factor de energía, que es la energía pránica ódica del cuerpo de salud vital. El mundo astral vibra exactamente dentro del mundo físico que vemos con nuestros ojos físicos y que sentimos con nuestras manos físicas. Por lo tanto, es un duplicado exacto de todo lo que existe materialmente para nuestros sentidos físicos. Esto es lógico para nosotros, conociendo y habiendo identificado los estados de la mente, ya que cada estado de la mente es una forma de vibración trabajando al unísono con todos los otros. La mente única está en diferentes formas de vibración, trabajando junta, un aspecto dentro del otro.

Así como podemos caminar y hablar usando nuestra mente consciente y nuestro cuerpo físico como  durante nuestras horas de vigilia, también podemos caminar y hablar usando el duplicado de nuestro cuerpo físico, nuestro cuerpo astral de la mente subconsciente, durante las horas en que estamos dormidos. Cuando estamos en el cuerpo astral en el mundo subconsciente, otra gente está también en ese mundo y formas de comunicación tienen lugar al igual que en el mundo físico.

Existe un cordón de fuerza ódica y actínica que conecta los dos cuerpos. Es llamado el cordón de plata. Si alguien viaja astralmente muy lejos de su cuerpo físico, o si tiene una experiencia astral intensa, será extraído un suministro extra de energía del cuerpo de salud vital y del cuerpo físico, y la persona se sentirá cansada al despertar.

El estudio interno de ti mismo puede ser complicado, ya que eres un ser muy complejo de muchas dimensiones. A medida que nos embarcamos en el estudio de esta semana sobre el “tú” interior, puede ser de gran ayuda tener una lista a la que te puedas referir en uno u otro momento, para poner en el orden apropiado las distintas piezas. Las enseñanzas ancestrales que se condensan en este libro, audazmente sostienen que el ser humano es más de lo usualmente se entiende, esto es un cuerpo mortal con un intelecto, grande o pequeño. El ser humano, como lo entienden los místicos, es el alma inmortal rodeada de siete aspectos. A continuación doy un resumen de los siete aspectos del ser humano que se establecen alrededor del cuerpo actínico-causal del alma, anandamaya kosa, “cobertura de dicha”: 1) el cuerpo físico, annamaya kosa, “cobertura hecha de alimento”; 2) el cuerpo de salud vital, pranamaya kosa; 3) el cuerpo astral, aspecto instintivo de manomaya kosa; 4) el aura humana y la mente instintiva, prabhamandala y manas chitta; 6) el sistema nervioso sutil, nadis y chakras; 7) la mente intuitiva, cobertura actinódica causal, vijnamaya kosa, “cobertura de cognición.”

Así como tenemos escuelas, entretenimientos, discusiones y reuniones con amigos en la mente consciente en el plano físico, de la misma manera vamos a la escuela, disfrutamos de entretenimiento, discutimos problemas y nos reunimos y hablamos con amigos en el plano astral. Así como la mente subconsciente recibe impresiones de la mente consciente durante las horas de vigilia, de la misma manera la mente consciente recibe impresiones de la mente subconsciente a medida que atravesamos experiencias durante las horas en que dormimos.

De la misma manera, personas han visto con los ojos de su cuerpo astral mientras estaban simultáneamente conscientes a través de sus ojos físicos, gente en el plano astral. De la misma manera, aquellos que están viajando en el plano astral pueden ver personas en el plano físico, cuando miran a través del campo de fuerza ódico astral hacia el mundo grosero de la mente consciente. El viajar es mucho más rápido en el plano astral, ya que esto es hecho a través del deseo, y el cuerpo astral es una frecuencia de vibración mucho más refinada que lo que es el cuerpo físico, que funciona como sabemos cercano a la secuencia temporal.

La Vida en el Plano Astral

Cada noche cuando lees tu lección en este libro, date cuenta de que aquí está tu clave para entrar en la escuela astral de la Academia del Himalaya. Yéndote a dormir pensando en la lección que has estado leyendo, trata de levantarte lentamente en la mañana y con esfuerzo recuerda lo que has estado haciendo durante la noche en el plano astral.

El mundo astral es un plano en el espacio, exactamente como el mundo físico, como lo conocemos en la mente consciente, es un plano espacial. Es la particular frecuencia de vibración que cada uno de estos mundos genera lo que determina el plano espacial que ocupa. Mirando a través de la mente consciente, percibimos el espacio exterior. Mirando a la mente subconsciente, percibimos el espacio interior. Así como las estructuras de hábito de la mente subconsciente controlan mucho de nuestra mente consciente, la mente superconsciente controla muchas de las cosas que ocurren en el plano astral a través del cuerpo astral subconsciente. Esto está relacionado con el despertar de la mente sub-superconsciente. La mente sub-superconsciente se vuelve más y más fuerte, siempre que ejercitemos nuestra intuición al nivel mental-consciente.

Así como eliges tus amigos en el plano consciente físico, de la misma manera atraes seres afines a ti en el mundo astral. Manteniendo nuestros hogares limpios y apacibles, manteniendo nuestros cuerpos y nuestra vestimenta frescos y limpios, la fuerza ódica se vuelve muy pura y nos permite estar más vivos actínicamente. Esta condición también mantiene a la gente astral más baja lejos de nosotros, en tanto que nosotros mismos no entremos en una vibración ódica astral instintiva. La vibración actínica espiritual, mantiene alejadas las influencias astrales bajas, así como puertas, cerrojos, ventanas y paredes desalientan la  de personas no gratas a edificios.

No es recomendado admitir personas astrales bajas si eres vulnerable a esta posibilidad, ya que al hacerlo se crea un influjo doble de fuerza ódica, mientras que el esfuerzo del estudiante yoga es el volverse actínicamente superconsciente y no el intensificar el subconsciente ódico. Los seres astrales viven en su propio mundo en el plano astral. Posiblemente tú también entras en este plano a la noche, pero durante el día debemos prestar atención a las  de nuestra mente consciente y ocuparnos de nuestros programas inmediatos, manteniendo los dos mundos separados y distinguibles así como el estado cuando nos hallamos dormidos está separado de nuestro estado de vigilia.

Cuando el cuerpo físico muere, esto corta automáticamente el cordón de plata actínico que conecta los cuerpos físico y astral. Entonces el proceso de re-encarnación y vuelta a nacer comienza eventualmente. El cuerpo físico queda en el plano físico como un conglomerado de fuerzas magnéticas y comienza a disolverse en las fuerzas de la naturaleza que lo rodea. La vida actínica del cuerpo físico y del cuerpo de salud vital asciende por el cordón de plata a medida que este se disuelve y da una carga tremenda al cuerpo astral. Este movimiento registra en el cuerpo astral subconsciente todos los patrones de memoria de la mente consciente de la vida recién vivida, y la persona se vuelve totalmente consciente en el plano astral.

Esta tremenda carga de fuerza ódica y actínica registrándose sobre el cuerpo astral en el momento de transición o muerte, es lo que estimula y lo que da el impulso al proceso de reencarnación. Este proceso es en su mayor parte controlado por la  de las fuerzas de hábito subconscientes. Antes de que el ciclo de reencarnación tenga lugar, sin embargo, la persona que acaba de partir, a menudo vuelve a crear rápidamente los mismos estados de conciencia, los mismos intereses a los que estaba acostumbrada en el plano físico, y puede continuar, como habitualmente, reuniéndose con su familia, quienes la visitan en sus cuerpos astrales durante las horas en que duermen. Aunque el cuerpo astral está aún ligado por las estructuras de hábito de su vida física, continúa consumiéndose desde el momento de la transición, y la fuerza ódica continúa siendo realimentada al plano físico en un esfuerzo por hacer contacto de nuevo con la familia, los amigos y las personas queridas a través de la memoria y el deseo. Otro cuerpo físico es creado y se lleva a cabo una vuelta al mundo consciente. El viejo cuerpo astral es descartado y las nuevas fuerzas actínicas generadas dan vida a un nuevo cuerpo físico y a un nuevo cuerpo de salud, junto con un nuevo cuerpo astral. El nuevo cuerpo astral es la suma de todas las experiencias subconscientes que precedieron, y puede ser muy maduro en el momento en que el cuerpo físico es sólo un niño. La forma ódica astral que fue dejada es llamada caparazón astral y eventualmente se corresponde con el cadáver del cuerpo físico que murió.

El Aura y la Mente Instintiva

Al comenzar el estudio del cuarto aspecto de la persona, mantengamos presente los primeros tres: el cuerpo físico como primer aspecto, el cuerpo de salud vital como segundo aspecto y el cuerpo astral como tercer aspecto. El cuarto aspecto es la mente instintiva y el aura humana, el espectro colorido que registra cualquier estado de la mente por el cual pasa la persona. El aura humana es la reflexión de la evolución específica. Pero registra más claramente los patrones reaccionarios básicos de la mente instintiva.

Dentro de la mente instintiva existen ambas fuerzas ódicas agresivas y pasivas. Algunas de estas son temor, enojo, celos, engaño, orgullo, codicia – y también existe esa forma de apego a veces denominada amor ódico o magnético, así como felicidad y cariño. Estas emociones son ya sea agresivas o pasivas, dependiendo del factor motivador involucrado. Los factores motivadores son deseo, una falta de control de la fuerza ódica, o un tipo de flujo superconsciente actínico que motiva desde el interior hacia el exterior de la conciencia humana. Cuando este flujo actínico entra en acción, las emociones más refinadas de compasión, benevolencia y gozo son experimentadas. Básicamente, todas estas cualidades pueden ser definidas ya sea como ódicas o como actínicas. Las fuerzas actínicas fluyen desde el meollo del alma hacia fuera a través del campo de fuerza ódico, y cuando las fuerzas actínicas amenguan, las fuerzas ódicas cuajan y velozmente invaden para llenar el vacío.

El temor es una fuerza ódica agresiva. Los dos colores básicos del aura ódica son gris y rojo. Gris es el color del temor, que cuando lleva a la depresión de temor intenso, se vuelve color negro. Rojo es el registro de enojo del aura. En un estado reprimido de la mente instintiva, cuando el deseo no ha sido alcanzado, el aura registra un color negro rojizo para representar la emoción de la lujuria.

El temor domina la vida de muchas personas, aún cuando ellas no tienen ninguna razón para temer. Es un mecanismo protector de la naturaleza instintiva más baja inherente a cada ser humano; y a los animales también. El temor a la oscuridad por ejemplo, nació de la carencia de refugio del hombre primitivo. Mucho antes de que descubriera el uso del fuego o incluso que aprendiera a vivir en cuevas, se estremecía en la oscuridad cuando el sol se ponía, ya que sabía que estaba a la merced de los animales salvajes y de otros peligros de la noche. Aún hoy día, la habilidad del ser humano de temer lo dota de una cautela natural al enfrentar lo desconocido. La cobertura gris impregna el aura durante la investigación de protección hasta que es probado que existe una condición de seguridad. El ser humano actual aún mantiene el temor a la oscuridad. Pero ahora se rodea de luz eléctrica simbolizando la nueva era dorada en la cual su fuerza actínica ha comenzado a penetrar a través de la mente instintiva, refinando su mente así como el fulgor de la electricidad refina la vibración de la Tierra durante la noche. Entre otras formas de temor se hallan el temor a la muerte, el temor a la pobreza, el temor al agua y el temor a las alturas.

El ser humano actual aún mantiene el temor a la oscuridad. Pero ahora se rodea de luz eléctrica simbolizando la nueva era dorada en la cual su fuerza actínica ha comenzado a penetrar a través de la mente instintiva, refinando su mente así como el fulgor de la electricidad refina la vibración de la Tierra durante la noche. Entre otras formas de temor se hallan el temor a la muerte, el temor a la pobreza, el temor al agua y el temor a las alturas.

El enojo es también, así como el temor, un control instintivo, y en su momento sirvió un propósito. La arremetida de furia servía para proteger los intereses privados del ser humano en situaciones críticas inyectando  en su sangre y preparándolo así para la defensa. Pero a medida que el ser humano evoluciona acercándose a su real ser actínico, descubre que el amor actínico, la comprensión la compasión y la sabiduría son cualidades más elevadas que la furia. Otras dos emociones instintivas que motivan las fuerzas ódicas pasivas y agresivas son los celos y el engaño

La edad actínica se halla brotando en el planeta. Sus señalizaciones anunciando la mente espiritual del ser humano están representadas en forma simbólica en sucesos en la Tierra, como ser la luz eléctrica, la energía atómica, las sondas espaciales, las sondas en el subconsciente, los sondeos de vidas pasadas y los peligrosos estados expandidos de conciencia estimulados por sustancias químicas. Todo esto y más, muestra que el ser humano ha sobrepasado las emociones instintivas bajas tales como celos, representados en el aura ódica que rodea y atraviesa el cuerpo con el color verde oscuro, y el engaño con el color gris verdoso.

Controlando los Instintos

Sí, el ser humano ha superado los celos y el engaño, pero ¿con qué frecuencia se da cuenta de esto? Los periódicos están llenos de ejemplos de personas que se dejaron controlar por estas emociones. Cuando se sienten celos, uno siente que la persona que se admira tiene más control sobre las fuerzas ódicas y actínicas que lo que uno tiene, y en un frenético esfuerzo en balancear las fuerzas, se idean planes para destruir las fuerzas ódicas o detener el flujo de las fuerzas actínicas de su víctima. Los celos son traicioneros cuando se vuelven activos y agresivos y hacen a la persona falsa.

Muchas personas no sienten que la falsedad sea una emoción luego de que ha existido en su naturaleza por un tiempo suficientemente largo como para volverse un hábito. Las emociones instintivas a menudo se vuelven hábitos cuando se les permite dar mucha rienda suelta, especialmente esas emociones básicas y bajas – temor, enojo, celos y engaño – todas las cuales residen en los chakras bajos, por debajo del chakra muladhara.

El temor, la furia, los celos y el engaño producen un tejido ódico del aura de color verde, gris, negro y rojo, circulando a través de los órganos del cuerpo astral, afectando los órganos del cuerpo físico así como drenando el cuerpo de salud vital del necesario poder ódico. Esto reduce el flujo actínico a un mínimo, de modo que la única vida en el cuerpo se halla en una apagada y astuta chispa en los ojos.

Estas emociones instintivas básicas de la mente subconsciente son la sustancia a través de la cual evolucionamos. A medida que se lleva a cabo mayor control de las fuerzas los colores del aura se aclaran y la naturaleza se refina, Este proceso de refinamiento se lleva a cabo rápidamente a través de disciplina en el camino yoga raja a la iluminación. Todo esfuerzo que tú haces para refrenar y controlar tu naturaleza instintiva básica te trae más cerca de tu meta espiritual. Existe un dicho muy verdadero, “tu eres simplemente tan actínico como tu fuerza ódica activa más baja.” Esas cosas a las que aún reaccionas representan tus puntos bajos y deben llevarse a comprensión actínica antes de que puedas disolver el campo de fuerza ódico que los contiene.
Otra dimensión de la mente instintiva es la mente de hábito. Los hábitos son edificados en nosotros desde la infancia. Algunos se mantienen conscientes y otros entran en el subconsciente. Los más difíciles de superar son nuestras habituales identificaciones con los campos de fuerza de nuestra ciudad o estado, nuestro país, nuestra raza, e incluso el mismo mundo. Las muchas ramificaciones del comportamiento humano que corresponden al estudio de la mente de hábito podrían llenar muchos libros. Parcialidad es una de las emociones negativas contenidas en la mente de hábito. Puede ser que no pensemos en la parcialidad como en un hábito, pero sí lo es. Muchos adultos conservan muy fuertes prejuicios habituales. A ellos no les importa las personas que no pertenecen a su raza en particular, a su casta o a su clase social.

Cuando se produce un cambio abrupto o una perturbación en la mente instintiva de la raza, sus fuerzas pueden en forma abrupta y rápida volverse agresivas, despertando las emociones instintivas bajas. Sin embargo, cuando a la mente racial se le permite seguir su curso natural de evolución, o es mantenida bajo control, y su propio sentido es trascendido, entonces el ser humano se da cuenta que no puede juzgarse a sí mismo o a otro basado en la raza, el color, la casta, la creencia o la nacionalidad, sino en la individualidad espiritual.

Haz una lista de las emociones negativas que aún residen en tu campo de fuerza instintivo. Si encuentras que estás dominado por una o más de estas emociones, admítetelo honestamente. El admitirlos, el encararte a ti mismo afloja el agarre de la fuerza ódica y permite que un poco de fuerza actínica penetre y disuelva el campo de fuerza bajo de la emoción que estás examinando. Primer paso – admisión; segundo paso – observación. Cuando por ejemplo te enfureces, te vuelves temeroso o celoso, obsérvate a ti mismo en esta acción. Inmediatamente vuélvete consciente de la fuerza actínica. Vuélvete un ser vacío de energías sin colores; ve los colores oscuros del aura disolverse en un resplandor de azul, amarillo, lavanda y blanco. Tú puedes hacer esto con tu comprensión actual de que la fuerza actínica es más elevada que la mente instintiva, mucho más grandiosa que el cuerpo astral o que el cuerpo físico y el cuerpo de salud.

El Intelecto o Llama del Aqua.

El quinto aspecto del alma es la cobertura causal ódica, o mente intelectual, conocida en Sánscrito como buddhi chitta. Funciona en el plano causal ódico dentro del Segundo Mundo de existencia, Antarloka, el dominio creativo del intelecto. Aquí el individuo organiza la información, adquiere nuevas ideas a partir de observar proyectos viejos, y usa su conocimiento para mover vastos campos de fuerza magnética en la superficie de la Tierra. Este plano es primariamente subconsciente, con ocasionales influencias de la superconciencia. Es básicamente un plano mental donde las fuerzas ódicas son manipuladas. El intelecto es el aspecto del alma que tú usas cuando te sientas y piensas, memorizas y razonas. El intelecto puede también ser proyectado a lugares distantes sin dejar al cuerpo físico. A través de este aspecto, el adepto puede percibir lo que se halla allí y acumular conocimiento o información.

Existen personas hoy en todo el mundo, que se han desarrollado únicamente hasta el cuarto o quinto aspecto de la persona y son guiadas simplemente por las estructuras de hábito de la mente instintiva-intelectual. Pero el gobierno de los campos de fuerza ódicos en el mundo de hoy es llevado a cabo a través del control consciente del intelecto o de la cobertura causal ódica.

La diplomacia, una clase de amor – el no querer herir al prójimo, la supresión de las emociones de odio y enojo – trae una clase de armonía. Estos son productos del intelecto que cuando se desarrolla en una fuerte cobertura intelectual, es capaz de controlar las emociones bajas a través de memoria controlada, razón controlada y fuerza de voluntad controlada, las tres facultades de nuestra habilidad de gobernar a las fuerzas de la naturaleza.

Ni sobreestimes ni subestimes al intelecto, ya que él llena muchas funciones importantes en la vida, la gran experiencia. Pero recuerda que el intelecto no es la totalidad del ser humano, es solamente, hablando en forma figurada, el quinto aspecto. El intelecto no es la mente entera, es solamente una parte, aproximadamente un décimo de la mente. El subconsciente y el superconsciente completan los otros nueve décimos.

El conocimiento dogmático es una facultad de la memoria. Estudiamos, escuchamos, oímos, y mencionamos la opinión de otros. El conocimiento dogmático es almacenado en la grilla de memoria de la mente subconsciente. Esto nos da seguridad o una plataforma para el intelecto, haciéndolo más fuerte y desarrollando un ego. Por lo tanto el intelecto es nuestro ego. El ego separa a las personas de las personas, a las naciones de las naciones y al alma de la realización de su Ser.

"“Tu verdadera educación es la universidad interior.” Quizás hayas estado pensando que esta declaración es anti-intelectual, en contra de la educación. Examinemos el verdadero significado, función y propósito de la educación. La educación no es una vestimenta. No se te pega a ti. No es la colección que tienes de las opiniones de otras personas. A través de la educación tú estimulas tu intelecto. La educación es aquello que sacas de adentro tuyo como resultado de tu interés personal en el cumplimiento de tus karmas de nacimiento, o prarabdha karmas. La educación significa exponerse a nuevas ideas y antiguas opiniones, dándote las herramientas para explorar tus propias opiniones libremente, tomar decisiones, investigar y reverlas, y avanzar en tu comprensión de Dios, del alma y del mundo. Esto es educación. No es estática. Es tan fluida como un río. O al menos debería serlo. Tú puedes elegir, tú tienes la habilidad de remoldear tu intelecto de la manera que quieras. Las grandes verdades de la vida son una parte de tu ser. Están dentro tuyo. Ellas se te manifiestan lentamente a medida que evoluciona tu comprensión de ellas. Y sin embargo están siempre allí dentro de tí, esperando ser realizadas.

El intelecto es el ego externo, pero es el ego externo cuando está en control y se ha separado suficientemente de la superconciencia para volverse dogmático. Cuando el intelecto representa el ego, decimos que una persona es incapaz de cambiar su forma de pensar, sin importar cuánto trates de convencerla o cuánto hables con ella. Es testaruda, inflexible, incluso poco amistosa si se vuelve inquieta o perturbada en su esfuerzo por mantener unido su intelecto.

La Naturaleza Intuitiva

Observa al intelecto como se manifiesta en el mundo a tu alrededor. Puedes ver sus límites. También puedes ver cuando se vuelve una herramienta para la mente intuitiva. Cuando descubres grandes verdades en los libros que lees, cuando te llegan ideas creativas, observa, con desapego afectivo, la gente a tu alrededor, las situaciones por las que pasas en la vida. Como has aprendido, las observaciones dan nacimiento a la comprensión, y la comprensión viene de tu mente superconsciente. Entonces, el intelecto debe ser desarrollado hasta cierto punto y luego controlado a través del control del pensamiento. Las formas del pensamiento son manifestaciones de materia astral, o fuerza ódica, y viajan a través del espacio astral, o campos de fuerza ódicos, de un destino a otro. Ellos pueden crear, preservar y destruir. Las formas de pensamiento pueden ser vistas, así como las auras pueden ser vistas.

El intelecto es el ego externo, pero es el ego externo cuando está en control y se ha separado suficientemente de la superconciencia para volverse dogmático. Cuando el intelecto representa el ego, decimos que una persona es incapaz de cambiar su forma de pensar, sin importar cuánto trates de convencerla o cuánto hables con ella. Es testaruda, inflexible, incluso poco amistosa si se vuelve inquieta o perturbada en su esfuerzo por mantener unido su intelecto.

Si la naturaleza intelectual se vuelve perturbada, el cuerpo astral entonces toma control y entonces la mente instintiva o las cualidades instintivas prevalecen en ese momento. Esto es muy evidente en gente indisciplinada, porque la naturaleza intelectual es indisciplinada. Cuando el cuerpo astral y el intelecto trabajan mano a mano, ellos crean un individuo instintivo-intelectual lleno de conocimiento dogmático, tendencias instintivas indisciplinadas y emociones de odio y temor que no han sido transmutadas hacia el dominio de la razón y que no han sido controladas permitiendo que se construya una red de patrones de memoria positivos.

Dentro del ser humano, y funcionando a una frecuencia de vibración diferente del intelecto, se encuentra el poder o fuerza motivadora de la mente, los chakras, o centros de fuerza. Existen siete de estos centros de fuerza básicos, que son estimulados en movimiento y apertura por las corrientes ida, pingala y sushumna. Ida y pingala son corrientes síquicas ódicas (ying y yang de los chinos) entretejidas alrededor de la médula espinal. Directamente a través de la médula espinal circula la corriente sushumna, que es actinódica. La corriente ida es fuerza ódica pasiva; la corriente pingala es fuerza ódica agresiva. Sushumna es una corriente actinódica. Estas corrientes gobiernan el sexto aspecto del ser humano, los chakras. Estas corrientes son como las riendas que guían a un caballo cuando cabalgamos en una dirección u otra.

La naturaleza intuitiva, el séptimo aspecto del ser humano, está compuesto de una mayor cantidad de energía actínica que de ódica. Está formado por la corriente sushumna, que circula en forma ascendente entre las corrientes ida y pingala a través de la médula espinal. Es el estado de la mente que el estudiante yoga debe identificar como propio por así decir. Hasta ese momento, él se identifica usualmente con la mente intuitiva de su guru. Esta identificación sirve como constante recordatorio de la existencia de su propia naturaleza intuitiva. Muchos estudiantes parecen reconocer cuando el guru se halla en un estado elevado de toma de conciencia intuitiva, pero pueden no darse cuenta que el reconocimiento de ese estado es su propio estado elevado de conciencia intuitiva, que sucede simultáneamente con el del guru. Este es uno de los grandes beneficios que se le otorga al estudiante yoga que trabaja en un sistema de guru: la oportunidad de identificarse con la mente intuitiva del guru.

Cuando el estudiante yoga aprende a controlar su propio campo de fuerzas ódico hasta el punto de que él no se identifica más con su cuerpo o su intelecto, el puede entonces identificar su ego externo con su naturaleza intuitiva o mente sub-superconsciente. Esta nueva y humilde identidad es un sentido esporádico en los estadios iniciales del sendero yoga, ya que únicamente cuando el estudiante es realmente actínico, es que él utiliza la mente intuitiva conscientemente, percibiéndola a través de sus facultades de conocimiento. Uno no tiene pensamientos cuando se halla en este estado de toma de conciencia total. En esta conciencia, uno ve y percibe a través del chakra anahata de conocimiento directo. La naturaleza intuitiva es el aspecto más refinado del cuerpo astral. A pesar de que el aspecto intuitivo está hecho primordialmente de fuerza actínica, existe suficiente fuerza ódica dentro de él, para posibilitarle al ser humano entrar en el dominio de creación en el mundo material. Este séptimo aspecto del ser humano es una meseta, una nivelación de un ciclo de evolución y al mismo tiempo el comienzo de otro.

El Cuerpo del Alma. El Verdadero Tú

Dentro de los siete aspectos del ser humano yace el cuerpo del alma, el cuerpo causal actínico, anandamaya kosa, el verdadero tú. El cuerpo del alma tiene forma, así como el cuerpo astral tiene una forma, pero es más refinada y de una naturaleza más permanente. Es este cuerpo el que reencarna, creando a su alrededor nuevos cuerpos físicos y astrales, vida tras vida tras vida. Este proceso madura y desarrolla el cuerpo del alma. Por lo tanto tenemos almas viejas y almas más jóvenes, dependiendo de la madurez y del desarrollo del cuerpo del alma, dependiendo del número de vidas o de la intensidad de las experiencias de maduración por las cuales el individuo ha pasado.

El cuerpo del alma es luz pura, hecha de cuantos. Es indestructible. No puede ser herido ni dañado de ninguna manera. Es ser puro, creado por el Señor Siva, madurando en su camino hacia la unión final con El. El cuerpo del alma es radiación constante. Su mente es la superconciencia, que contiene toda la inteligencia, y que está constantemente consciente, que no duerme y que expande toma de conciencia a medida que el cuerpo del alma madura. Para la persona que ha realizado su alma, la toma de conciencia viaja a través de la mente como el viajante viaja de ciudad a ciudad, de país a país, nunca quedándose atrapado en un área más de lo necesario, siempre conscientemente consciente de toma de conciencia en conciencia en todo momento. El cuerpo del alma vive en la eternidad del momento, consciente simultáneamente del pasado y del futuro como un solo ciclo. La naturaleza verdadera, la identidad personal segura y duradera, es realizarse a uno mismo como cuerpo del alma. Esto es el verdadero hallazgo de nuestras raíces, nuestra fuente, nuestra indestructible alma que siempre se halla madurando.

En los años que suceden a la iluminación completa, o Realización del Ser, al obtener un nirvikalpa samadhi estable, se comienza a formar un cuerpo de energía dorada actínica pura, el svarnasarira. Yo experimenté que esto comenzaba a sucederme en 1955. En ese momento había solamente suficiente fuerza ódica para mantener el cuerpo físico unido en actividad material. Este nuevo cuerpo actínico se construye a través de la práctica diaria de nirvikalpa samadhi, que constituye una de las más elevadas disciplinas del yoga siddha.

Sin embargo, debe ser mencionado que el primer gran logro por el cual el aspirante se debe esforzar es el experimentar la luz interior, que se enseña tanto a las personas en el grupo familiar como a los renunciantes, que implica que la persona tiene suficiente dominio interior y control sobre el intelecto de modo que la luz dentro de la cabeza o del cuerpo es realmente vista. Esto también implica un control del chakra manipura y una toma de conciencia consciente de cómo trabaja el chakra anahata de la cognición, permitiendo una explosión de energía actínica hacia el chakra visuddha del amor.

El siguiente paso para los aspirantes es lo que se conoce como “Rozar al Ser.” Cuando esto ocurre, el cuerpo del alma se libera, se hace completamente autónomo, de modo de que los aspirantes pueden ser entrenados en su control y uso consciente. Es en éste cuerpo que ellos asisten a clases en los planos elevados y se comunican a través de vibración con otros en cuerpo del alma. De allí en adelante, depende de ellos el entrenarse con el gurú personalmente de modo de aprender a usar y controlar el cuerpo del alma. Con este control y conciencia modificada ellos eventualmente llegan a una realización sostenida del Ser, nirvikalpa samadhi, en esta o en una vida posterior, ya que la próxima fase en el sendero hacia la unión es alistar y luego mantener una vida de renunciación en el verdadero sentido, volviéndose un Natha sannyasin.

Debe ser mencionado que muchos se frustran buscando realizaciones más allá de sus habilidades, al mismo tiempo que no llevan a cabo las realizaciones que están dentro de sus habilidades. Debemos recordar que savikalpa samadhi se relaciona con los chakras anahata y visuddha y es mantenido por un intelecto purificado y una fuerza de voluntad dinámica. Mientras que nirvikalpa samadhi está relacionado con los chakras ajna y sahasrara y con aquellos de más arriba y es mantenido con la completa renunciación al mundo al punto que el mundo renuncia al renunciante. Estos son los venerables sannyasins.

El control de la mente construye la naturaleza intuitiva. Dirigiendo el flujo del pensamiento, discriminando perceptivamente entre acciones, estando conciente de ocuparse de las reacciones, el estudiante yoga pronto aprende el uso de su poder actínico. De modo de mantener una conciencia expandida, este poder debe ser puesto en uso, y cuando fluye a través del intelecto, cambia automáticamente la química del intelecto, al mismo tiempo que comienza a crear la naturaleza intuitiva.

Cambia lo que piensas de ti mismo. Siente que vienes de lo que no tiene tiempo, no tiene causa y no tiene espacio. Visualiza el puro y radiante cuerpo de luz, el ser del alma, el “Yo Soy”, el “Observador.” Luego, alrededor de ello se forma la mente intuitiva, y alrededor de ésta se forma el intelecto. Luego se ven los chakras, gobernando los estados de la mente desde los más elevados a los más bajos, y las corrientes ida, pingala y sushumna. La naturaleza instintiva se forma alrededor de esto, luego el aura humana, a través de la cual las formas de pensamiento son creadas, luego el cuerpo de salud vital, y luego el cuerpo físico.

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