“Cuando el
Discípulo aprende a olvidarse de sí mismo para servir, y deja de lado su
egoísmo espiritual para ayudar al mundo desde un SERVICIO
DESINTERESADO, es señal de que ha comprendido la lección. El olvido de
sí mismo a favor de los demás es la energía correcta asumir el real
servicio. Elimina el desánimo de cualquier crisis, la decepción y la
prisa por llegar… Cuando somos capaces de actuar desinteresadamente,
sin perseguir resultados y sin
prisa alguna, entonces el proceso de alineación con el Alma se produce
de un modo natural, gradual y sin conflicto. La Paz, desde esta
Sencillez, llega de modo irrevocable”
Eva Monferrer
Eva Monferrer
El Árbol de la Ciencia del Bien y del Mal, Tres Doncellas, manzanas de oro, Prometeo y Atlas son los protagonistas del tercer trabajo de Hércules y cada uno de ellos esconde una enseñanza tan valiosa ahora como en la época de los mitos.
Tras la captura de las yeguas devoradoras y el Minotauro, a Hércules se le pide paciencia, “responder a las situaciones tal como y cuando vienen” y esto es lo que le ocurre…
1. EL MITO
“Lejos, en una región distante, crecía el árbol sagrado, el árbol de la sabiduría, y en él crecían las manzanas de oro de las Hespérides. La fama de estas frutas había llegado a tierras distantes, y todos los hijos de los hombres que se sabía, asimismo, que eran hijos de Dios, las deseaban.
Hércules, también sabía de esas frutas, y cuando el Maestro le dio la orden de buscarlas, Hércules le preguntó el Camino que debía seguir para hallar el árbol sagrado y poder recoger las manzanas. “Dime el camino, oh! Maestro de mi Alma. Yo busco las Manzanas y las necesito rapidamente para mi provecho. ¡Muéstrame el camino más rápido y yo iré!”
“No es así, hijo mío, -replicó el Maestro-, el camino es largo. Sólo dos cosas te confiaré, y luego a ti te corresponderá probar la verdad de lo que te digo.
Me temo que fracasarás en reconocer estos puntos en el Camino. Pero sólo el tiempo lo mostrará. Dios viaja contigo, te acompaña en tu búsqueda”.
- La primera es que recuerdes que el Árbol Sagrado está bien custodiado. Tres hermosas doncellas protegen bien su fruto. Un dragón de cien cabezas protege bien a las doncellas y al árbol. ¡Guárdate bien de los esfuerzos desmesurados!, ¡guárdate bien de los engaños demasiado sutiles para tu comprensión! Vigila bien.
- La segunda es que tu búsqueda te llevará donde te encontrarás con cinco grandes pruebas en el camino. Cada una te proporcionará el ámbito para la sabiduría, la comprensión, la destreza y la oportunidad. Vigila bien.
Hércules salió al Camino seguro de su Sabiduría y de su Fuerza, ya que pretendía el éxito y no el fracaso. Al salir del portal se fue directo hacia el Norte, luego anduvo por toda la tierra, pero no encontró el Árbol Sagrado. A todos quienes encontraba a su paso les preguntaba, pero nadie conocía el lugar. Triste y desanimado Hércules seguía buscando, no obstante, por doquier.
El Maestro, vigilando desde lejos, envió a Nereo por si podía ayudar. Se dirigía a Hércules con diferentes palabras de verdad, pero éste no respondía porque no le reconocía como mensajero de nadie. Aunque hábil con la palabra, Nereo fracasó porque Hércules no le reconoció.“La Primera de la Cinco Pruebas ha pasado –dijo el Maestro-, y Hércules ha fracasado. ¡Que prosiga su búsqueda!”.
Así fue, y esta vez, Anteo, la serpiente, le venció en el Camino. “¿Cómo puede ser? –dijo Hércules-, ¡¡si yo maté a una serpiente cuando estaba en la cuna!!, con mis propias manos la estrangulé… ¿cuál es mi error?
Entonces Hércules agarró a Anteo con ambas manos y la levantó del suelo, sosteniéndola en el aire… y, ¡¡la hazaña fue hecha!! Anteo vencido dijo: “yo vengo otra vez con diferente apariencia en el Octavo Portal. Prepárate de nuevo para luchar”.
Y el Maestro dijo: “La segunda prueba ha pasado. El éxito obtenido marca su sendero. Que siga adelante”.
Ahora Hércules se dirige hacia el Oeste. Pero entró sin pensar, y encontró el fracaso de nuevo, demorándole largo tiempo el avance…
Encontró allí a Busiris, el gran engañador, hijo de las aguas y pariente de Poseidón. Su trabajo es conducir a los Hijos de los Hombres al error, a través de palabras de aparente sabiduría. Él afirma conocer la Verdad, y, cor rapidez, los hombres le creen. Él habla bellas palabras diciendo: “Yo soy el Maestro. A mi me ha sido dado el conocimiento de la verdad y debéis hacer sacrificio por mi. Acepten el camino de la vida a través mío. Yo se pero nadie más. Mi verdad es justa. Cualquier otra razón es errada y falsa. Escuchen mis palabras. Permanezcan conmigo y serán salvos”.
Y Hércules escuchó, y debilitando sus fuerzas primitivas, se olvidaba de la búsqueda del Árbol Sagrado. Su debilidad crecía día a día, mientras amaba a Busilis. El Maestro lo castigó, y tuvo que atarlo a un altar durante un año.
De pronto un día, mientras estaba luchando para liberarse, y recordando que por culpa de Busiris él estaba en este trance, vinieron a su mente unas palabras dichas por Nereo hacía mucho tiempo: “La Verdad está en ti mismo. En ti hay un Poder. Una Fuerza yace en ti, el poder que es la herencia de todos los hijos de los hombres que son los Hijos de Dios”.
Con esta fuerza él pudo romper sus ataduras, cogió a Busilis, y lo ató a los cuatro costados del altar, ocupando, así, su lugar.
El vigilante Maestro, desde lejos advirtió el momento de la liberación, y le dijo a Nereo: “La Tercera Gran Prueba ha pasado. Tú le enseñaste cómo encontrar la salida, y, a su debido tiempo, él supo encontrarla. Que siga adelante en el Sendero y aprenda el secreto del éxito.
Hércules siguió adelante, esta vez con mayor sabiduría, pues el año que pasó inclinado en el altar le había enseñado mucho.
Repentinamente detuvo sus pasos, un grito de profundo dolor hería sus oídos… Algunos buitres sobre una roca cercana llamaron su atención, y, nuevamente, se oyó el grito. ¿Debía seguir su camino, ó debía atender a quien estuviera en necesidad, retrasando sus pasos? Reflexionó sobre el problema de la demora: había estado un año atado al altar… tenía que apresurarse….
Se volvió a oír el gemido de dolor…, y Hércules se apresuró a ir en auxilio de su hermano… Encontró a Prometeo encadenado a una roca, sufriendo horribles agonías de dolor causado por los buitres que picoteaban su hígado, matándolo así, poco a poco.
Hércules rompió la cadena que le sujetaba a la roca y liberó a Prometeo, cuidándole hasta que se recuperara de sus heridas. Entonces, con mucha pérdida de tiempo, volvió a ponerse en Camino.
El Maestro le dijo: “La cuarta etapa del Camino hacia el árbol sagrado ha pasado. No ha habido retraso. La regla en el Sendero elegido que apresura todos los éxitos es: aprender a servir. ¡¡Continúa tu búsqueda!!
Hércules no encontraba el árbol Sagrado. Un día, oyó decir a un peregrino: “cerca de una montaña distante, el Árbol sería encontrado”. ¡¡La primera verdadera afirmación que se le daba hasta ahora!! Se encaminó hacia las altas montañas del Este, y, allí vio el objeto de su búsqueda. “Ahora tocaré el árbol Sagrado”, gritó de alegría. “Venceré al Dragón que le custodia, y veré a las hermosas doncellas de grande fama, y cogeré las manzanas”.
Pero nuevamente fue retenido por sentimiento de profunda pena. Atlas le hacía frente, tambaleante bajo la carga del mundo sobre su espalda. Su rostro estaba marcado por el sufrimiento, sus miembros estaban curvados por el dolor, sus ojos estaban cerrados por la agonía. Él no pedía ayuda. No vio a Hércules, sinó que permaneció encorvado por el dolor, por el peso del mundo.
Hércules, temblando, observó y estimó la medida de la carga y del dolor. Olvidó de nuevo su búsqueda. El árbol Sagrado y las manzanas desaparecieron de su mente. Sólo buscaba cómo poder ayudar al gigante. Se arrodilló, y sacó la carga de Atlas para sostenerla él mismo. En ese instante, la carga desapareció, y los dos quedaron libres de ella.
Ahora, Atlas, de pié frente a Hércules, sostenía las Manzanas de Oro, y se las entregó sin rechistar. La búsqueda había terminado.
Las Tres Hermanas, sostenían aún más Manzanas de Oro, y Eglé, la hermosa doncella que es la gloria del sol poniente, le dijo a Hércules mientras ponía una Manzana en su mano: “El Camino hacia nosotros está siempre marcado por el Servicio. Actos de Amor son Hitos en el Camino”.
Luego, Erytheia, que cuida la puerta de vela el Portal por donde todos debemos pasar, le entregó una Manzana que tenía escrita en su costado, con letras de luz dorada, la palabra “Servicio”. “Recuerda esto”, -le dijo-, “no lo olvides”.
Finalmente llegó Hesperis, la maravilla de la estrella vespertina, y le dijo con claridad y amor: “Sal y Sirve, y anda por el Camino de todos los servidores del mundo, de aquí en adelante y por siempre jamás.
“Entonces yo restituí estas Manzanas para aquellos que siguen la misma ruta”, dijo Hércules, y regresó de donde vino.
Se detuvo ante el Maestro y rindió debida cuenta de todo cuanto había acontecido. El Maestro le expresó su regocijo, y, con el dedo, le mostraba el Cuarto Portal….
El Tibetano
2. SIGNIFICADO DEL TRABAJO Y SU SIMBOLOGÍA
Por ello es tan prolongada la búsqueda que Hércules emprende. A veces está atento a la voz de Nereo, el Alma, mientras que otras, decide bajo la influencia del yo inferior o ego. Muchos Mitos encierran este mensaje: Rómulo y Remo, Caín y Abel, Cástor y Pólux… ¡un hermano muriendo y otro viviendo!
Géminis es un Signo de Aire, función psíquica del Pensamiento, y simboliza el conocimiento, la razón, la cultura, las escuelas, los colegios, las universidades… Simboliza también la medición de las relaciones, el comercio como intercambio, el dinero… Simboliza además el lenguaje como medio para entenderse, para interpretar lo abstracto…
Este Tercer Trabajo trata pues de la mente y de su funcionamiento según nuestras costumbres anteriores: espejismos e ilusiones. Y a nivel interno simboliza la Ley de Atracción que mantiene juntos a los extremos polares: el ego y el Alma…
La mente subjetiva, abstracta, es quien une los pares de opuestos: sabe que un euro tiene cara y cruz, y que muestre la vida el lado que sea ¡sigue siendo un euro!
¿Meditar o lavar los platos?, ¿asistir al seminario interesante o quedarse en casa con la aburrida pareja? Este es el mundo objetivo, dual.
Los Discípulos a menudo olvidan la importancia de convertir al Alma en algo presente y cotidiano. Una actitud sin preferencias es de lo que se trata. Todo en la vida está dentro de lo espiritual, de lo que ES. No hay dos lados, la dualidad es una ilusión. Permanecer en el centro de equilibrio es no tener preferencias.
Un Discípulo es sincero en su búsqueda, su deseo es noble, su carácter es agradable, y su motivo es puro. Cree en la realidad del Alma, en la posibilidad de perfección, en el Sendero que debe ser hollado, ¡pero no saben cómo lograr todo esto!!
Creemos en el Alma, pero no sabemos cómo expresarla en el mundo, cómo hacerla realidad tangible en la materia.
Al experimentarla, dejamos de CREER en ella, para pasar a SABER que existe.
Para esto es precisa la Quíntuple Búsqueda que emprendió Hércules, para que sus cuerpos inferiores vayan alineándose a favor del Alma y desde el Centro del Corazón:
1. El Maestro aparece al principio como un destello de comprensión del problema, difícil de retener. Este Maestro es cualquier persona que nos dice precisamente aquello que nuestro verdadero Maestro nos diría dadas las circunstancias… Y claro… ¡¡no le reconocemos!!. Ya que un Maestro ha superado el mundo de las formas, puede expresarse a través de cualquiera de ellas: su señal puede llegar desde cualquier lado.
2. La Segunda Prueba habla de la ilusión del plano físico: Buscamos el Árbol de la Sabiduría fuera de nosotros, como si fuese un objeto o una planta. La ilusión de los sentidos nos pierde de nuevo.
3. El Maestro aparece dando una sugerencia para solucionar el problema, y después desaparece. Dará una insinuación y no dirá más. Prometeo encadenado simboliza el Alma del propio Discípulo, encadenada a la roca del karma de las acciones pasadas.
¡¡El discípulo no es de interés personal para ninguno de los Maestros hasta que llega a ser tan magnético en la relación con su propia Alma que se convierte en un buen servidor del Plan!!
4. Cuando el Discípulo aprende a olvidarse de sí mismo para servir, y deja de lado su egoísmo espiritual para ayudar al mundo desde un servicio desinteresado, es señal de que ha comprendido la lección.
5. El olvido de sí mismo a favor de los demás es la energía correcta asumir el real servicio. Elimina el desánimo de cualquier crisis, la decepción y la prisa por llegar… Cuando somos capaces de actuar desinteresadamente, sin perseguir resultados y sin prisa alguna, entonces el proceso de alineación con el Alma se produce de un modo natural, gradual y sin conflicto. La Paz, desde esta Sencillez, llega de modo irrevocable.
El Árbol del Jardín de las Hespérides
Representa al Árbol de la Ciencia del Bien y del Mal del Paraíso… lleno de Manzanas de Sabiduría. Así que para llegar al Árbol habiendo vencido a la serpiente de cien cabezas, habrá que hacerse merecedor de Su Sabiduría.Hércules pregunta por la dirección hacia donde se encuentra dicho Árbol, pero el Maestro responde que tal noción no puede ser dada, ya que a cada cual corresponde hallar dicha dirección: podemos ser ayudados es la búsqueda, pero no sustituidos.
La Búsqueda
El “Norte” simboliza “el Silencio”.Mientras el Discípulo está enfocado en la mente, siempre se le presentan dos opciones, para que tenga que elegir una de ellas, d i s c r i m i n a n d o!
Comienza al Norte, y como no encuentra nada, el Maestro le envía a un mensajero, pero Hércules no lo reconoce como tal. Falla la prueba.
El “Sur” simboliza “el amor y la compasión”.
Después va hacia el Sur, y sigue buscando un Árbol físico…, la serpiente lo acompaña todo el tiempo, y a él le parece algo natural encontrarla… El Maestro le había dicho que la encontraría, así que, tras la serpiente estarían las doncellas, y, tras estas, las manzanas… todo muy lógico… pero la prueba no va de lógica alguna… Aquí, la serpiente simboliza a la ilusión de los sentidos…
El “Oeste” simboliza “la Fuerza”
Más tarde viaja hacia el Oeste, donde es presa del “maestro-guru”. Sin advertirlo, cada día está más debil en todos sus cuerpos… Hasta que recuerda aquellas palabras de Verdad: “La Verdad está dentro de ti amado hermano”. Así que se da cuenta de que el Poder y La Luz son derecho de cada ser humano, por derecho de nacimiento.
El “Este” simboliza “la Sabiduría y la Luz”
Finalmente, partiendo hacia el Este, el lugar de la Luz, Hércules se hace eco del sollozo de su hermano Prometeo, encadenado a la roca…
Pero Hércules elige bien, liberando a Prometeo de sus cadenas, curándole las heridas y, sólo entonces, retoma su camino. Más esto no le retrasa, ¡¡hizo que avanzara!!
Hércules ve entonces claramente que está aprendiendo a servir.
Después encuentra a Atlas, cargando el peso del mundo, con la espalda rota y encorvada de dolor… Olvida también el Árbol de las Manzanas de Oro, y ayuda a su hermano con la pesada carga, colocándola sobre sus propios hombros…
¡¡Pero la carga se torna liviana, como por milagro!! Así, los dos se ven libres de semejante peso… Atlas extiende sus manos hacia Hércules, y, ¡¡allí estaban las Manzanas de
Oro!!
El Árbol de la Ciencia del Bien y del Mal no se halla en el plano físico, y las Tres Doncellas o Vírgenes aparecen sin ser buscadas: “El Servicio Altruista fue el Camino que te trajo hasta nosotras”, “Sirve y no te preocupes de nada más”, le dicen al unísono.
A Hércules se le había recomendado paciencia para este trabajo, y, la paciencia, como bien dijo el Maestro es “la velocidad de Dios”, es decir, la velocidad que el tiempo permita…, llegar antes que eso es un fracaso, llegar más tarde, también. Hay que aprender a cumplir con el tiempo tal como Dios lo dicta, responder a las situaciones tal como y cuando vienen.
Eva deja que su obra hable por ella, enseña con su propia autoridad y aúna los mensajes ancestrales, que siempre han estado al alcance de las personas interesadas en ellos, con las explicaciones más modernas de la Física Cuántica, la Psicología Transpersonal y otras disciplinas, transmitiéndolos con un lenguaje cercano y comprensible a quienes buscan respuestas y quieren vivir más conscientemente.
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